Mi cajita secreta

Yadhirosauria

Resulta que leyendo el blog de la chica pankoala recordé algo que marcó mi infancia para toda la vida.

Una de mis costumbres mas extrañas fue que siempre me gustó guardar los boletitos de "TODO" lo que podía, y para ello necesitaba algo realmente "especial" para ocultar ahí mi gran tesoro ¿o no?, entonces me dispuse a buscar algo en donde ocultar mi hoby, encontré una caja de zapatos de la zapatería limón (toda vía me acuerdo) color verde fosforecente en el armario de mi mamá, y me llamó mucho la atención, agarré sopitas de figuras, letras, frijolitos, lentejuelas y decoré así mi cajita secreta (pues mi abue me había enseñado a decorar las cosas con comida cruda como pastas sin cocinar). Cuando consideré que ya estaba "bien" la dejé por la paz, aunque confieso que eso pasó hasta que ya no le cabía un solo frijól de adorno.

La guardé bajo mi cama, sepultado en la pirámide inmensa de juguetes que ya no usaba y no me gustaban, la ropa que ya no me quedaba, la comida de la pijamada de hacía tres semanas [worale, no me acordaba que ni de chiquita arreglaba mi cuarto]. Y cuando le podía robar un boletito de camión a mi mamá de la bolsa desenterraba mi cagita secreta y lo guardaba ahí. Recuerdo que la maña me duró años pues metí mi credencial de la biblioteca, mis exámenes con caritas felices, los dibujillos que hacía en las pastas, boletos de cine, entradas a la feria, y cosas así, un día a mi abue le pegó "lalo" *La loquera* y se puso a tumbar media casa para reconstruirla (muy bonita por cierto) y mi cajita se perdió como dos años en lo que mi nuevo cuarto se construía.

Cuando la encontré y reconocí esas sopitas de letras que escribían mal mi nombre casi lloro de la emoción, fue un momento de inspiración, ternura y al mismo tiempo nolstalgia. Abrí lentamente mi cajita mágica que guardaba años de aventuras y adivinen que pasó?

Lloré, lloré horas... pero no de emoción, si no de miedo por todos los cucarachos que salieron de esa cajita mágica y se me subieron a la cabeza.